Este finde
otro estrujón…

Aquí, ya
saben perfectamente cómo organizar una buena carrera popular, con muy buen
ambiente, un trato muy especial y en el cual el pueblo se vuelca con los
corredores…

En la plaza
del pueblo me encuentro con un mucha gente conocida y amigos, gente de mi
pueblo, cada vez somos más a los que nos gusta correr,  ¡menuda afición se está creando!  Es un auténtico placer compartir estos
buenos ratos.
Tras unas
risas y comentar como está el recorrido, ya que esta carrera se caracteriza por
la gran cantidad de barro que se acumula por las caminos, un barro
arcilloso  que se pega a la zapatilla y
pesan 1 kilo más cada una, ¿para esto me pongo yo las Sportiva Croslite
1.0, que pesan 20 gramos menos? jajaja … Recojo el
dorsal y me pongo a calentar… 20´de trote unas rectas y al lío.

La
temperatura aunque es baja (unos cero grados),  al sol se tiene una sensación
muy buena y decido ponerme  en pantalón
corto y una camiseta térmica de TrangoWorld, comodísima y calentita.
Todo un acierto.

En el km 3
nos conseguimos distanciar del grupo y empezamos a meter gas…

Para el km 4
llega la primera rampa y veo que Pedro se descuelga unos metros, ¡Vaya! Pienso,
esto es nuevo… voy bien y Pedro se descuelga, pues ¡ale a meter otra marcha!.
Consigo mantener
un ritmito y procuro no mirar atrás, en un giro veo que está más lejos, a unos 50 m…
pero sé que Pedro, no se va a rendir tan fácil.
En el km 8,
el sol ha empezado a derretir el hielo y hay mas acumulación de barro, cuando
me quiero dar cuenta, parece que Pedro se me está acercando, sí efectivamente.
En el km 10 vuelve a resoplarme  la oreja otra vez, vaya hombre!!! Pienso «creo que me he
relajado demasiado…»
(Esto ya
me ha pasado más veces el que va primero, no lleva muchas referencias y el que
va persiguiendo, se va creciendo para coger al primero y eso es lo que me
estaba pasando… bueno pues a luchar hasta el final.)

Ya falta muy
poco, una última subida y la bajada hasta el pueblo. Aquí vamos los dos muy
relajados, observándonos… y tras pensarlo y ver cómo ando de fuerzas, decido
jugármela en el último kilómetro ¡pero tonto de mi!, ni que no lo
conociera, es llegar al hormigón y a Pedro es como si se hubiera tomado una de
esas bebidas energéticas, sí una de esas que te dan alas… ya sabéis… “Red.. Bull
te da alas…” y sale disparado. Pero esta vez no, me pienso pegar a él, y lo
consigo… entro en un sprint muy ajustado… y al final segundo a tan sólo un
segundo… jajaja.

Espectáculo
hasta el final.

Termino
satisfecho, me he encontrado muy bien y rápido, mucho mejor que el año pasado a
estas alturas.

Y ahora, que
el ritmo no pare y el domingo que viene y haciéndolo coincidir con entreno de
calidad, a meter otro apretón…un 10.000 m. Nos vemos en “Las Murallas de
Cuéllar”.
A por otro
test antes de empezar con la montaña, Gaaasss…
Nos vemos…