Muchos me preguntáis por esto y es una de las cosas que nos induce de forma casi natural a cometer el error más común, el hacer más volumen sin control, con más km y más desnivel sin saber la carga adecuada para nosotros, y con ello cuantificar el entrenamiento de una forma errónea.
La respuesta es sencilla, si tu dedicas más horas y más tiempo haciendo algo específico de forma repetitiva, la inercia de ese estimulo de carga prolongado en el tiempo, nos induce a ser mejor en lo que hagas, (es un principio básico) pero si esa carga de trabajo, y me da igual hablar de km, desniveles, intensidades, horas. ¿no es la adecuada para ti en ese momento? Pues en vez de avanzar, retrocedemos por falta de asimilación. (como cualquier trabajo físico en el que, al inicio del mismo, todo el mundo aprende y mejora a base de hacerlo y repetirlo, pero cuando se sigue haciendo igual y sin un control de carga-descanso, pues terminas fatigado y estancado). Y por eso quiero recalcar, que en los deportes de resistencia como es el Trail Running, se fatiga igual el físico que la cabeza si no hay variables ni cargas adecuadas.
Solemos fijarnos demasiado en los compañeros de entrenamiento, u otros corredores que, en sus redes sociales, nos hacen ver la cantidad de km que hacen a la semana, en un día etc., y se convierte en una lucha por ver quien la tiene más larga: si tú haces esto yo también y más. Pero, ¿para qué? Si tu misión es ganar a tu amigo en redes sociales, poniendo la foto con un entrenamiento de más km que él, pues entonces perfecto. Ya que esta es una de las forma mas instauradas en los corrodores – influencers.
Pero si lo que buscas es un rendimiento deportivo, mejorar, sentirte bien, tener salud, ser un buen corredor durante muchos años, o ganar a tu compañero, pero esta vez sí corriendo de verdad, pues entonces, «no hagas lo que hace el resto». Simplemente haz lo que sea adecuado para ti en relación a los objetivos que te propongas.
Durante muchos años he aprendido a cuantificar lo que es adecuado para uno mismo en cada momento de la temporada y también para mis atletas. Ajustando el volumen, intensidades, días de entrenamiento, días de descanso y que sobre todo el entrenamiento sea asimilado de forma correcta a base de microciclos de trabajo. ¿Como? basándome en rangos de pulsos, consumos de oxígeno, recuperaciones, lactatos, fatiga muscular, estrés, horas de sueño, ritmos de umbral y otros muchos factores determinantes para cuantificar el entrenamiento de forma mas precisa y científica, y lo más importante, respetando la salud por encima de todo.
A día de hoy los profesionales tenemos a nuestro alcance toda esta información a través de la tecnología que nos dan todos estos datos, solo debemos saber interpretarlos, estudiarlos y aplicarlos al plan de entrenamiento de cada atleta en función de una variable indispensable, «sus sensaciones”. Por eso debemos cuantificar y estudiar todos estos datos que el atleta plasma en el gráfico de cada entrenamiento o competición que realiza, pero a la vez ver cómo se ha sentido en ese microciclo. Por un lado en mi caso me gusta tener cuantificado el entrenamiento de forma científica (con datos) y por otro de forma personal y mental (con sensaciones) ya que, en este deporte, 2×2 no son 4. (No somos máquinas)
Por mis manos han pasado ya muchos atletas, y cada uno entiende este deporte de una manera distinta al otro, pocos he visto exactamente con las mismas inquietudes y objetivos, por eso el hecho de individualizar (tanto en la mentalidad como en el físico de cada atleta) es la base de evolucionar en este deporte. «Debemos de cuantificar lo que hagamos, pero con una base científica y otra base personal independiente»