Antes hago balance de la pretemporada, de los duros entrenamientos
del invierno, agua , frío, lluvia, viento y mucha nieve…

Al mes siguiente y haciendo coincidir unas mini vacaciones
con parte de la preparación, me apreté otra carrerita en Tazones un pueblecito
precioso de la costa asturiana. Se trata de una carrera muy rápida por asfalto,
en la que sorprendentemente, también consigo ganar. Parece que me encuentro
cómodo rodando rápido y eso es buena señal.

 

Así me pasó, la carrera no salió como pensaba, ¡un
desastre!. Todo el trabajo realizado se fue al traste, cuando en los
primeros kilómetros vi que mis piernas agarrotadas, doloridas y acalambradas,
no podían con semejante prueba. Menuda decepción…!!! y que mala semana pasé. Pero
en frio y valorando todo, pienso que lo sucedido esta dentro de la lógica. Durante  las tres semanas previas  además de meter gran cantidad de volumen, un
nuevo trabajo llamó a mi puerta, después de casi un año y medio en el paro,
vuelvo a la vida laboral. Bien!!! Currando en una fábrica, en una línea de
producción  8 horas de pie a turnos mañana,
tarde y noche. ¿Qué más puedo pedir? Jajaja. Está claro que no estoy
acostumbrado  al nuevo trabajo, y lo pagué
caro. Mi cuerpo no descansaba y no recuperaba de un entrenamiento a otro. Estaba
acostumbrado a entrenar y descansar.