Es uno de los entrenos que más utilizo para mejorar las capacidades básicas de resistencia y potencia aeróbica de mis atletas en la montaña. Y el cual considero que es un entrenamiento fundamental en la planificación de cualquier corredor.
Los ritmos vivos de umbral aeróbico, es uno de los entrenos más eficientes que existen para correr “mejor” en la montaña. Es un entrenamiento de calidad especifica que no necesariamente se aplica en la propia montaña, si no que se puede realizar en multitud de sitios. Y el cual, se debe de ajustar mucho en las cargas de trabajo de cada corredor y es necesario saber gestionar las intensidades y tiempo en función de lo que busquemos para cada corredor (ya sea más resistencia, potencia aeróbica o trabajo de fondo). Dependerá de lo que queramos mejorar en cada momento.
Este entrenamiento lo ajusto semanalmente en el plan de cada atleta, y en un largo periodo de tiempo de la temporada, buscando principalmente dos mejoras. La resistencia aeróbica ya de nivel 1 o un de nivel 2 para atletas más entrenados y que ya controlan más sus ritmos de umbral en sensación de esfuerzo, y por otro lado y quizá para mí la más importante de este tipo de entrenamientos especifico, es la gestión del esfuerzo del propio atleta, en función del tiempo, distancia y desnivel donde se ejecute. Para mí es una de las claves para correr bien en montaña.
Con los ritmos vivos el atleta ha de aprender a medir y gestionar su esfuerzo en función del tiempo y del terreno en el que hagamos estos ritmos. Em mi caso me ayuda a ver cómo se encuentra el atleta de forma, observando su pulso y alteraciones y si soporta cada carga, así como las cadencias y potencias que lleva en este entreno. Midiendo estos parámetros tan fácilmente manejables que nos muestra el GPS, puedo ver el estado de forma y evolución.
Este entreno se puede ejecutar principalmente en plano como mejor opción (hay un mejor control del esfuerzo) o en pendientes ligeras a moderadas, (ritmos en subida prolongada) donde lo que buscamos es una estabilización del pulso y mayor cadencia en función del ritmo, y poder soportarlo en el tiempo indicado.
El entreno se marca habitualmente por tiempo de trabajo en distintas intensidades, (también por distancias en momentos mas puntuales) ya sean jugando con ritmos más cortos de 3’-4’-5’ hasta ritmos más largos sostenidos buscando más adaptaciones a la resistencia, con ritmos de 10’-15’-20’…
Y a la vez jugando con el tipo de terreno o inclinación, si buscamos ms o menos potencia en su desarrollo, donde el juego de cadencias es una de las bases de su correcta ejecución.
La base de cualquier corredor de montaña, es correr… Cuando un corredor solo ha entrenado volúmenes en montaña, o directamente este corredor viene de correr en ruta, o en pista, este tipo de entrenamiento, resulta muy complicado de gestionar para él. (nunca lo han trabajo bien). Ya que por norma general este corredor suele pecar de salir rápido, no regular y pasarse, no mide bien su esfuerzo, y al final es un poco lo que les pasa en competición.
Pues bien, lo que buscamos precisamente es estabilidad del ritmo a pulso medio-bajo para que el corredor se vuelva más eficaz corriendo, “sin alteraciones”. En definitiva, que pueda correr estable y mejor durante más tiempo, que es lo que buscamos si lo llevamos a la competición..
Mi trabajo realmente consiste en enseñar a correr bien por la montaña, si se puede más rápido, pues mejor, pero sobre todo correr. La mejora de un corredor (independientemente de sus capacidades) que lo ha trabajado bien durante años, a otro que NO ha trabajado correctamente los ritmos vivos, o ritmos controlados, es muy sustancial en un TEST de ritmo de competición.