Si entrenamos siempre igual, rendiremos siempre igual y por tanto competiremos igual, no habrá mejoras y a la larga, llegará el estancamiento de los ritmos y de las sensaciones en el medio. Esto lo debemos extrapolar al terreno en el que busquemos la mejora, y en este caso hablo de la correcta aplicación de los estímulos del ritmo en la montaña, tanto en plano, como en subidas y bajadas, zonas más o menos técnicas etc.
No se trata de entrenar más y más, o de simplemente aumentar cargas Básicas en el mismo lugar y mismo método, NO. Se trata de introducir variables tanto de cargas cómo de estímulos.
Esta es compensada adecuadamente mediante las cargas, (aquí casi cualquier atleta llega a base de meter km y horas en el medio, que antes su cuerpo no hacía, ya que el mero hecho de meter volumen de forma global se convierte en mejora de Base, o lo que llamo: “Adaptación primaria o básica del Atleta” ) pero una vez llegas a ese punto si no hay variabilidad de ESTIMULOS, no habrá una mejora sustancial. Todo lo contrario, habrá un estancamiento, retroceso y posterior lesión.
Y no sólo hablo del estancamiento en los ritmos, también y la que no damos importancia, en la parte fisiológica del Atleta, es decir por un lado debemos de trabajar con cada atleta la “parte física” (meramente potencial) y a la misma vez conjugarlo y aplicarlo con la parte singular de “adaptación al medio”, es decir, ¿por qué no trabajamos ritmos de competición, o series por sensación de esfuerzo, en terrenos donde el atleta tiene déficits? Tras varios años intentado mejorar esto en varios de mis métodos de entrenamiento, he aprendido a trabajar y obtener mejoras sustanciales en este aspecto y con ello, poder aplicar este tipo de entreno a todos mis atletas.
Y es que al NO recibir estímulos variados en diferentes medios o terrenos, no habrá una mejora específica (un atleta puede aumentar su potencial con el aumento de la carga básica o volumen con intensidades medias o altas) y así estarás más rodado y más estable, pero nunca estarás mejor en el medio, no correrás mas rápido durante más tiempo y no mejorarás en la montaña si no lo trabajas específicamente.
Un ejemplo claro y que seguro todo el mundo seguro le suena Al terminar una carrera el atleta sabe o por lo menos tiene conocimiento de:
1. Donde ha perdido más TIEMPO.
2. La zona de la carrera que le ha resultado más complicada por Déficit de ADAPTACIÓN.
Pues con estas dos VARIABLES Básicas debemos valorar y aplicar el método correcto, y es por dónde se debe empezar a trabajar. Para poder aplicar el entrenamiento específico con sus distintas variables, estímulos, adaptaciones y respuestas para mejorar.
Ahora ya estamos en un periodo de pretemporada más específica, (pre-competición) y empiezo a valorar mi estado y el de mis atletas, esto hay que hacerlo de forma progresiva y metódica, hemos creado una base de ritmo y fuerza general, ahora debemos transferir esos ritmos mediante cargas y estímulos a la montaña, (adaptaciones) e incrementar volúmenes y dentro de esos volúmenes jugar con diferentes intensidades y terrenos, según lo que busquemos y según nuestros defectos, pero insisto, no hagáis siempre lo mismo, hay que trabajar la variabilidad en el entrenamiento! El Desnivel ha de ser acorde al momento del atleta, no hagáis siempre la misma carga en el mismo sitio, cada parte de la temporada tenemos que meter más o menos desnivel y más o menos intensidad en diferentes lugares y en diferentes estímulos. Así si hay mejoras, y por eso, cuando salgas a entrenar recuerda y no olvides la parte adaptativa del ritmo en el terreno, planos, subidas, bajadas y zonas fuera de tu zona confort …
Dicho esto, entran en juego detalles importantes de cadencias en cada parte del entreno, déficits, ritmos, fuerza, potencia, pulsos, transferencias y adaptaciones musculares… Todo cuesta trabajo y lleva un tiempo aplicarlo, pero si quieres llegar a tu objetivo en buenas condiciones y garantías has de hacerlo así… Paciencia y ciencia