Hace tiempo que me gusta anotar en mi diario de entrenamiento, mis estadísticas, resultados y sensaciones de los entrenamientos y también de las competiciones. Lo uso para poder mejorar y valorar si durante un periodo de tiempo, las cosas que he venido realizando en mí día a día, cómo algún pequeño cambio en la alimentación, horas de sueño, horas de intensidad, etc., y si han influido en los entrenamientos y competiciones para bien o para mal. Y he comprobado que en este último año hay 3 anotaciones que han cobrado más peso que las demás, las cuales me han ayudado bastante a mejorar.
Os las paso a detallar porque quizá a vosotros también os pueden ayudar:
Este es un punto que desde que empecé a correr siempre he tenido presente, pero que a veces con el paso del tiempo, dejo olvidado. Y por eso hago más inca pié en hacerlo bien. Todo se traduce en no olvidar la correcta técnica de carrera, no dejarnos caer y doblarnos, aun cuando vamos agotados. Yo cuando empiezo a cansarme tiendo a encorvarme hacia delante, a sacar chepa y bracear más torpe , esto hace que mi técnica se deteriore, es entonces cuando intento cantar mi propia canción interior para ayudarme a seguir bien con mi técnica : «mantente erguido, arriba, alto, mira al frente y relaja los hombros» , me ayuda mucho a ser más eficaz.
He intentado reducir la cantidad de km que no son efectivos, que no me aportan nada.
Si entreno muchos kilómetros basura, los kilómetros que no me aportan nada o cuando corro con malas sensaciones, eso equivale a basura al competir. Cada vez que corremos es más importante fijarse en la calidad de los kilómetros que corremos que en la cantidad. Correr por correr no tiene sentido si estás entrenando.
Si noto que estoy corriendo y mi zancada es diferente por estar cansado, o que estoy pensando cosas negativas, o que estoy forzando el entrenamiento cuando debería estar descansando, prefiero parar. Los entrenamientos deben ayudarnos a recrear el «cómo queremos correr a la hora de competir”. Si en tu entrenamiento piensas cosas negativas (“estoy cansado”, “no puedo más”) esto formará tus hábitos de pensamiento y será muy difícil que tengas pensamientos diferentes a la hora de competir. Lo mismo pasa con la manera (físicamente) el cómo corres. Recuerda, la calidad siempre es mejor que la cantidad.
Todo el mundo puede hacer la mitad del entreno marcado sin aparente dificultad, lo realmente complicado es hacer la segunda mitad con más soltura y con más fuerza, por eso siempre me guardo un punto más para rematar el entreno, terminar con más calidad me hace sentirme mejor. Pero no solo a nivel mental, fisiológicamente nuestro cuerpo asimila mejor la última parte del entreno, los beneficios reales -tanto físicos como psicológicos- provienen de qué la segunda mitad de un entrenamiento (sobre todo un entrenamiento duro) sea al menos tan rápida como la primera parte. Yo intento que así sea, y le doy ese punto de calidad a cada entreno.
Si nosotros corremos rápido al final, la pequeña memoria que registra nuestro musculo se quedará prendida en el (estimulo latente en las fibras), para el día siguiente estar mejor y activo. Este es un gran consejo, y posiblemente el que más me haya ayudado a mejorar la capacidad física.